Excelente vino de la DO Terra Alta. Como ocurre con muchos vinos catalanes (y esto es una opinión personal) saben ofrecer una interesantísima mezcla entre tradición y atrevida modernidad. Este es uno de esos casos. Se le da todo el protagonismo a una variedad autóctona (la garnacha tinta) y se elabora un vino con una expresividad poco común donde la tierra, la finca, está muy presente.
Tiene un precioso color granate con tonos rubí y en la nariz ofrece una extraordinaria armonía de matices a fruta negra, hierba seca y notas balsámicas. En la boca resulta amable y, aunque complejo, mantiene la frescura y la presencia de la fruta.
Vino muy recomendable para mentes abiertas que acompañará muy bien platos con carácter (arroces intensos, carnes, pescados grasos).
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