Esta es una de las interpretaciones más sencillas de las posibilidades de la DO Priorato que nos ofrece Alvaro Palacios. A partir, como siempre, de las uvas Cariñena y Garnacha, ensambla otras dos variedades nobles con las que consigue este interesante vino. Podemos decir que muestra toda la tipicidad del Priorato. Su color, picota intenso con ribetes violaceos, mantiene las notas de juventud y fruta que acompañan a este vino. La nariz es intensa y frutal (fruta madura) acompañada de matices tostados y especiados procedentes de la madera. En la boca es expresivo y estructurado, con una entrada potente y un paso amable. Su paso largo nos deja recuerdos de fruta, notas lácticas y minerales.
Muy recomendable para acompañar platos de cuchara, carnes rojas, foies o quesos curados.
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