Cuando hablamos de Marqués de Murrieta, hablamos de la historia misma del vino en la Rioja. Fue Don Luciano Murrieta quien en 1852 introdujo las técnicas de Burdeos en la zona para la elaboración de vinos de calidad en la finca Ygay. Lo demás ya es historia.
Si por algo destaca este reserva es por la regularidad y el equilibrio. Es difícil equivocarse cuando decidimos abrir un Marqués de Murrieta. En él se aúnan finura y complejidad. De nariz fragante en la que se equilibran los matices florales con los de fruta delicada que acompaña a notas balsámicas y especiadas, así como la presencia del roble americano en los matices vainilla. La boca es jugosa y elegante con taninos maduros muy bien integrados. La fruta hace su presencia y ofrece una permanencia larga y disfrutona en boca.
Ideal para tomar solo. Acompañará magníficamente carnes rojas, platos de cuchara de los de antes, embutidos, foies, quesos curados y pescados grasos.
Riquísimo