Estamos ante un histórico del Valle del Salnés. El pazo de la propiedad lleva en la familia desde 1511 ubicado en el centro del viñedo. Hermanada esta bodega con Marqués de Murrieta, en Rioja, siguen la misma senda de excelencia y respeto de la tradición. Este albariño permanece fermentando en sus lías durante dos meses para conferirle textura y densidad. Esto hace que la nariz de este vino sea de un intenso aroma frutal y floral acompañado de matices balsámicos. En boca resulta fresco y frutal con una acidez muy bien equilibrada y una complejidad deliciosa gracias al aporte de sus lías.
Muy recomendable para acompañar pescados, mariscos y ensaladas con proteína.
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