Describir este vino es innecesario. Estamos ante uno de los grandes referentes de Rioja. Desde el siglo XIX las Bodegas López Heredia se han dedicado a mimar la elaboración de vino de calidad, desde el cuidado del viñedo hasta la maduración en su parque de barricas. Una visita a su Bodega es todo un viaje en el tiempo.
Este clásico de Rioja se caracteriza por su color rubí brillante y los ribetes color teja que muestra en la copa. Su nariz es muy fina y elegante en la que se combinan los ligeros aromas de vainilla procedentes de la crianza con la complejidad de su coupage (Tempranillo, Garnacha, Graciano y Mazuelo), todo un catálogo de uvas autóctonas del terruño.
En boca se muestra elegante, armónico, muy redondo y desarrollado. Con un final largo lleno de recuerdos de crianza. Es un excelente vino para disfrutar por sí mismo, aunque también lo podemos acompañar con asados, carnes rojas, embutidos o platos de cuchara de con personalidad.
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