La bodega de Agustí Torelló Mata nos enamoró desde el primer día que conocimos sus cavas y de eso hace ya muchos años. Es difícil encontrar unos cavas más elegantes en la Península y puede que, de lograrlo, no completemos una lista con más de cinco bodegas. Una de ellas siempre será Agustí Torelló. Kripta es la quintaesencia de su trabajo. Presentado en una botella única, con forma de ánfora, el cava que contiene es un coupage (mezcla de varios tipos de uva) que intenta acercarnos a la identidad de la tierra en la que se cultivan sus uvas. Y lo consigue. Cada variedad que lo compone es vinificada por separado sobre sus propias lías, para mantener su identidad y posteriormente, una vez ensamblado, este cava reposa y envejece durante 8 años antes de llegar a nuestra mesa. La producción es, evidentemente, limitada.
La nota de cata de este cava es espectacular. Estamos ante un vino muy cremoso, lleno de notas de fruta madura y un intenso recuerdo a manzana asada, con matices tostados y de bollería procedentes de la larga crianza.
Nosotros disfrutaríamos del placer de degustar este cava por sí solo. Si se quiere podríamos acompañarlo de algún pescado poco graso, carnes blancas o ensaladas con personalidad.
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