El Provolone es un queso originario del norte de Italia, especialmente de las regiones de Piamonte, Lombardía y Véneto. La forma del Provolone es muy particular teniendo, tradicionalmente, más de 15 centímetros (salchicha, pera alargada). Como ocurre con otros quesos italianos, este también ha sufrido las consecuencias de la popularización de la cocina rápida italiana. Sin embargo, su versión más tradicional y cuidada mantiene la elaboración con leche entera de vaca, en forma alargada, con una pasta semidura y blanca tanto en su interior como su exterior. Desde 1993 el Provolone Val Padana disfruta de DOP.
Los argentinos de origen lombardo han popularizado una particular y deliciosa forma de consumir este queso derretido en el horno. Esta receta es muy fácil de preparar y resulta un plato riquísimo. El resultado es un queso fundido que puede consumirse con un buen pan de corteza dura. Es una magnífica opción para crear un plato para compartir en una mesa con amigos.
Es un queso de textura firme que permite cortarlo con facilidad en rebanadas. Su delicado sabor permite adaptarlo a diversas elaboraciones culinarias. Si se consume muy curado, se puede escamar para acompañar el carpaccio.
Si se consume solo (o en la elaboración argentina) se acompaña muy bien con blancos aromáticos como pueden ser los Ruedas o los godellos del Bierzo, por ejemplo con un afrutado Circe.
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