El Roquefort es uno de los quesos franceses con mayor fama mundial. Se trata de un queso azul elaborado con leche cruda de oveja. Este queso obtuvo la Denominación de Origen en 1925, siendo reconocido por la AOC en 1979, lo que significa que su nombre no puede ser utilizado fuera de su zona de origen (Causses del Aveyron).
Su principal zona de producción se encuentra alrededor de la ciudad homónima de Roquefort-sur-Soulzon. La raza ovina de la que procede la leche es la lacaune. Una vez formado el queso se le añade el hongo penicillium roqueforti que le va a dar su afinado definitivo y su característico olor y color.
Estos quesos normalmente se afinan en bodegas (cuevas) de caliza y sus meses de maduración óptima son los que van de abril a octubre, puesto que la climatología favorece la proliferación del hongo.
Su pasta es blanda y de fuerte e intenso sabor y olor, si bien se encuentra lleno de matices muy delicados.
Resulta ideal para tomar sobre pan tostado. Cuando se consume hay que tener muy en cuenta el orden de los otros alimentos que se vayan a degustar porque la fortaleza organoléptica de este queso los puede llegar a anular. También resulta ideal para elaboraciones de cocina en forma de salsas o cremas.
Para acompañar a este queso recomendamos los vinos de mayor potencia que podemos encontrar en el Bierzo, Rioja, Ribera del Duero o Priorato.
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